Accidentes que hace algo más de una década se hubieran saldado con gravísimas lesiones para los pilotos (o algo mucho peor), no tienen ahora más víctimas que los presupuestos de los constructores. Las estructuras de seguridad usadas en la alta competición son cada vez más resistentes, rozando casi lo indestructible, y el dispositivo HANS ha salvado incontables vidas en todas las categorías deportivas. La F1, sin embargo, tiene una asignatura pendiente de difícil solución: las cabinas abiertas.
Sin un techo ni un parabrisas real que pueda frenar los restos de un accidente, cualquier fragmento al vuelo puede convertirse en un peligroso proyectil (que se lo pregunten a Massa), por lo que el FIA Institute, organización dedicada a mejorar la seguridad en las carreras, está estudiando la potencial implementación de cabinas cerradas en la F1, al estilo de las cubiertas de policarbonato en forma de burbuja usadas por algunos aviones militares (el más conocido posiblemente sea el F-16).
Los resultados de las pruebas y sus comentarios aparecen publicados en el número dos de su revista Institute Quarterly, que lamentablemente sólo es recibida por un puñado de personas bien conectadas, pero tras el salto podrás ver el vídeo de algunos de los test.
FIA Institute Jet Canopy Test from FIA Institute on Vimeo.{jcomments off}