El coche se detuvo en las señales de Stop, se deslizó por las curvas y no se tambaleó, pero lo más destacable de la conducción es que no hubo ninguna complicación.
No se trata de una alabanza pobre, es algo muy admirable por el coche en cuestión: el que funciona sin conductor de Google.
La mayoría de pruebas de automóviles (de las cuales he hecho docenas tras cubrir la industria durante casi 30 año) son totalmente diferentes.
Hay un coche de gran potencia, un ingeniero de automotriz con altos grados de testosterona, y un circuito de alta velocidad con un periodista ansioso por probar que con alguna oportunidad más pudo haber sido, ya saben, un piloto de NASCAR.
Esta prueba, sin embargo, tuvo lugar en las plácidas calles de Mountain View, en Silicon Valley, donde están las oficinas centrales de Google.
Los ingenieros de turno no eran «chicos de coches» viriles sino unos tímidos cerebritos del tipo que ha emergido como especie dominante en Silicon Valley. Además no hubo acelerones, aunque irónicamente los ingenieros de Google has determinado que ir más rápido que el límite de velocidad puede ser más seguro en ciertas circunstancias.
«Miles y miles de personas mueren en accidentes de coches cada año», dijo Dmitri Dolgov, el joven ingeniero jefe del proyecto, que ahora es ciudadano estadounidense, describiendo el sentido de su misión. «Esto podría cambiarlo».
Dolgov, que tiene 36 años, confiesa que conduce un Subaru en lugar de una bestia de muchos caballos. En ningún momento de la conversación de una hora pronunció la palabra «rendimiento», «caballaje» o «de 0 a 60», que son mantras en cualquier otra prueba de conducción.
En su lugar, Dolgov, repitió «autonomía», el término tecnológico para los coches que pueden conducir por su propia cuenta.
Google anunció públicamente su programa de coche autónomo en 2010, aunque había comenzado el año anterior. Es parte de la división «Google X» de la compañía, que está supervisada directamente por el cofundador Sergey Brin y destinada a los proyectos más ambiciosos de la compañía tecnológica.
Por lo tanto, si hay un plan de negocios para el coche autónomo, Google no lo revelará.
Dolgov, que recientemente «condujo» una de sus creaciones autónomas durante 725 kilómetros más o menos desde Silicon Valley hasta Tahoe y vuelta para unas cortas vacaciones, dice simplemente que su misión es perfeccionar la tecnología, tras lo cual el modelo de negocio encontrará su sitio.
AÚN NO GANARÁ UN CONCURSO DE BELLEZA
A juzgar por mi viaje autónomo sin sorpresas por Mountain View, la tecnología maneja con facilidad la conducción rutinaria. El coche es un Lexus RX 450h, un híbrido eléctrico y de gas – con modificaciones especiales, por supuesto.
Tiene un sensor en el morro del coche para evitar colisiones. Y más visiblemente, un cilindro rotatorio encima del coche que está lleno de láseres, cámaras, sensores y más equipación para detectar y guiar el coche. El cilindro está fijado con feos puntales de metal, señalando que el estilo, como el plan de negocios, aún tiene que surgir.
Pero la funcionalidad prevalece aquí, y ese cilindro rotatorio es un reemplazo del cerebro humano (al menos de algunos cerebros humanos) que está detrás del volante de un coche.
Durante la prueba de 25 minutos, el «asiento del conductor» estaba ocupado por Brian Torcellini, cuyo extraño cargo es el de «conductor jefe de pruebas» en el proyecto del coche sin conductor.
Dolgov, en el asiento del copiloto, introdujo el destino deseado en un portátil que estaba conectado al coche. El coche encontró la ruta y se puso en movimiento.
La única emoción se produjo cuando un coche que venía en dirección contraria dio la sensación de girar a la izquierda cruzando por nuestro camino. El coche sin conductor frenó y el conductor del otro coche rápidamente corrigió la posición.
El viaje fue tan tranquilo y sin problemas que, a excepción de mirar mis propias manos, nunca hubiese adivinado que el coche estaba pilotándose a sí mismo -conduciendo, frenando, arrancando.
El coche de Google está programado para mantener el límite de velocidad la mayor parte del tiempo. Las investigaciones han mostrado que permanecer dentro del límite cuando otros coches van mucho más rápido puede ser peligroso, dijo Dolgov, por lo que el coche autónomo puede superar 16 km/h el límite de velocidad cuando las condiciones del tráfico lo hacen necesario.
Paul Ingrassia, director ejecutivo de Reuters, es el autor de tres libros sobre automóviles y ha cubierto este sector desde 1985. El coche que conduce es … uno rojo.