Después de 30 años, Nissan ha devuelto a la vida a uno de sus vehículos deportivos más emblemáticos. El legendario Nissan Patrol Fanta Limón 1987 que participó en el Rally París-Dakar del mismo año, recobró su gloria original y ha vuelto a su hogar en las dunas de arena del desierto del Sahara.
Este mítico vehículo escribió su propio capítulo en la mitología del Dakar, al conseguir la victoria en la categoría diésel y ser el primer vehículo diésel en terminar entre los diez primeros de la carrera general, en novena posición. Actualmente, los mejores vehículos de la competencia son diésel.
El modelo Patrol Fanta Limón ha sido restaurado por un equipo de ingenieros del Centro Técnico Europeo de Nissan (NTCE, por sus siglas en inglés) en Barcelona, España. Durante más de dos años han trabajado en el vehículo, transformando un montón de chatarra de un museo español en un vehículo de competencia off-road muy capaz.
La historia del éxito del vehículo en el Rally París-Dakar de 1987 empezó el año anterior, cuando Nissan Motorsports diseñó un plan para participar en rallies de resistencia off-road de alto perfil. El vehículo base era Patrol, el popular 4×4 de Nissan.
Pero el objetivo principal era el París-Dakar. Empezó el 1 de enero de 1987 con 312 vehículos alineados en la salida de la agotadora carrera de 13 mil km que atravesaría Europa, Argelia, Níger, Mali, Mauritania y Senegal. El equipo Nissan Fanta Limón inscribió dos vehículos; el vehículo 211 con Miguel Prieto y Ramon Termens como piloto y copiloto respectivamente; y el vehículo 212, pilotado por los hermanos Jorge y Hansi Babler.
Las cosas no fueron fáciles. El camión de apoyo del equipo se averió en la segunda etapa, dejando a la pareja sin repuestos durante el resto de la carrera. El vehículo 212 se vio obligado a retirarse tras rodar por una duna, pero el vehículo 211 peleó hasta el final. Fue el primer diésel en terminar, y lo hizo en novena posición.
Tras cumplir su misión, los vehículos se retiraron de la competencia. El paradero del vehículo 212 es totalmente desconocido, pero el 211 fue cedido al museo de Salvador Claret, una colección privada de vehículos y museo automovilístico situado al sur de Girona, España. Y allí permaneció durante casi tres décadas.
La idea de recuperar el vehículo llegó en febrero de 2014, cuando los técnicos del NTCE vieron imágenes del mismo en un foro de Internet. Cuando se dieron cuenta de que faltaban menos de tres años para cumplir el 30 aniversario, contactaron al museo para solicitar su devolución.
El motor se encontraba en mal estado. No se podía arrancar y muchas piezas estaban muy corroídas. Además, el eje delantero estaba bastante dañado.
Por estas razones, el vehículo fue transportado al centro técnico de Nissan en Barcelona en mayo de 2014 y allí empezó el trabajo del equipo de restauración de ocho miembros, que invirtieron su propio tiempo por las tardes y durante los fines de semana. Buscaron piezas por toda Europa y pidieron a los concesionarios Nissan que buscaran en sus almacenes si tenían piezas antiguas. Algunos componentes se compraron de segunda mano y también fueron restaurados.
En noviembre de 2016 Nissan Patrol Fanta Limón estaba terminado y volvió a su hogar espiritual, las dunas de arena del Sahara. Fue un momento increíble para todo el equipo.
Los gastos de la restauración han sido cubiertos por Nissan en el marco de su fondo de «Innovación en Rendimiento». Es una suma de fondos que se destina cada año a proyectos que hacen realidad la promesa de la marca: «Innovación Que Emociona». BP