Toyota GT86 V8
Esto, queridos lectores, no es ni más ni menos que el orden natural de las cosas.
Y es que puede que el GT86 sea el mejor deportivo japonés en muchos años, pero sus prestaciones puras y duras, las expresadas comúnmente con guarismos y abreviaturas, son bastante mejorables. Añade a eso el hecho de que por fuerza el sucesor del mítico AE86 no puede quedarse como viene de serie y podrás comprender el ímpetu que ha llevado a Manabu «Max» Orido a modificar su Hachiroku con el motor 5.0 V8 del Lexus IS F.
Has leído bien: alguien tiene un GT86 con 423 CV.
Esta salvaje máquina capaz de soltarte los empastes en curva ha sido preparada para competir en los eventos de la D1 nipona, así que el señor Orido ha dejado su coche en poco más que un cascarón sin nada más que lo esencial. Lo que no sabemos es cómo ha afectado tamaño trasplante de corazón al comportamiento dinámico del coche, pero a juzgar por los vídeos del shakedown, el aparato se defiende bastante bien.